Nuestros campos encierran zonas reconocidas por ser idóneas para él café. Armado con el conocimiento de cómo y dónde de momento verás cómo nuestros campos se visten de blanco y de rojo como parte de nuestro ritual como pueblo cafetalero.
El cafeto es un arbusto hermoso que crece hasta unos 12 ó 15 pies de altura. El cafeto pertenece a la familia rubiácea, natural del sur de Asia y el África subtropical. Aunque existen diez especies de cafetos, coffea por su nombre científico, en Puerto Rico sembramos principalmente el café arábica y en menor cantidad el café robusta.
Los cafetos maduran en tres o cuatro años. En este momento florecen por primera vez. Sus flores son blancas, algunas con tonos rosados. Después de la florecida, los arbustos desarrollan su fruto. El fruto del cafeto es una drupa, o fruta con pulpa carnosa y una semilla en el centro (como el melocotón o la aceituna). La fruta es color verde al principio y según madura se torna roja o púrpura. Sus semillas encierran un regalo de espumoso aroma que nos anima, nos da bríos cada mañana, nos reconforta en momentos de desventura y nos regala ratos de solaz.
El café fue traído a nuestro Borikén por los colonizadores, y pronto se convirtió en una planta más en nuestro entorno vegetal. El café requiere un clima húmedo y se dá mejor en terrenos elevados sin estar expuesto a heladas, por lo que principalmente lo cultivan en las montañas de nuestra Cordillera Central. Cuando el cafeto crece a gusto en su lugar, el mismo suele producir fruto por 50 años.
El café de Puerto Rico